Los prisioneros de guerra en poder del estado
El estado en su política de persecución de los sectores populares ha producido los llamados presos políticos que podemos clasificarlos en dos subgrupos. Uno son los presos políticos clásicos, los perseguidos por el estado por sus creencias políticas, luchadores como los sindicalistas, los de partidos políticos de izquierda, etc, y el otro es el de los guerrilleros presos, no capturados en combate. El accionar de éstos dos subgrupos tiene en su base que ambos luchan contra el régimen implantado en Colombia con la anuencia del imperio estadounidense, y bajo su tutela.
En razón de su accionar los presos políticos clásicos son acusados, malévolamente, de ser ”guerrilleros”, ”auxiliadores de la guerrilla” y hasta ”milicianos”. Casos que ejemplarizan esto son los de Piedad Córdoba, Carlos Lozano, el de Liliany Obando, para sólo mencionar tres de los más notorios. El estado se las tira de –y se hace- el tonto y les aplica el mismo rasero. Son ”guerrilleros”, y como guerrilleros son ”narcotraficantes”, ”terroristas”, según el epíteto de moda impuesto por el imperio yanqui.
Los guerrilleros en poder del estado son guerrilleros a carta cabal y no hemos visto a ninguno de ellos lloriqueando por las aberraciones del régimen hacia ellos, y cuando realizan sus denuncias están actuando políticamente para develar un régimen injusto.
Tanto unos como otros son ”políticos” en toda la acepción de la palabra y su accionar así lo demuestra, así sean sindicalistas, de partidos políticos populares e incluso así sean de partidos tradicionales que se apartan de las orientaciones reaccionarias de sus dirigentes, o así sean guerrilleros que han combatido armas con armas en la mano al régimen capitalista que practica el Terrorismo de Estado. Ese ser político le confiere una condición especial y lo hace objeto de la saña de la justicia burguesa. Por ello los persiguen con igual furor y les aplican la ley burguesa con igual sevicia.
La política de paz de las FARC-EP estableció que el Intercambio de Prisioneros –en el momento actual del conflicto interno- era una posibilidad muy real dada la cantidad de prisioneros de guerra de parte y parte, y por ello han insistido en su propuesta. Hubiera sido muy fácil luchar nada más por sus guerrilleros, pero las FARC como organización popular en armas no olvida el carácter de los presos políticos clásicos y los incluye en sus propuestas.
Los presos políticos clásicos son luchadores contra el régimen terrorista de estado al igual que lo son los guerrilleros y ese ser político produce la hermanación en la misma causa. Esto es una muestra del carácter eminentemente popular de la organización insurgente que la hace merecedora de elogios de propios y extraños. Si el régimen Terrorista de Estado les aplica con igual sevicia su ley a todos los presos políticos, las FARC los reivindica a todos por igual y lucha porque ellos salgan de prisión.
El régimen de Uribhitler pretendió echar al fondo del mar la llave de la paz al extraditar a Simón Trinidad, a Sonia e Iván, y creyó podría escudarse en que esos prisioneros de guerra estaban en poder del imperio, al tiempo que los inmiscuía más en el conflicto interno. Mas el accionar de los tres ha sido reivindicar su calidad de presos políticos, que no han cometido delito alguno contra los Estados Unidos y que, por el contrario, luchan por un cambio de régimen político en Colombia. Así lo han entendidos personalidades y el pueblo estadounidense que han llevado a cabo la más amplia solidaridad con los tres guerrilleros de las FARC.
Por todo las anteriores consideraciones es que el pueblo colombiano se moviliza en solidaridad con sus presos políticos –sean del subgrupo que sean-, y apoya el Intercambio de Prisioneros como un paso hacia la tan ansiada paz de todos los colombianos. Adelante, que cuando la noche es más oscura más rápidamente se acerca el amanecer.
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