La fatiga del poder - El síndrome del quemado en política

Allende La Paz, NotiColombia Press

La verdad es que yo no sé mucho de eso pero, por lo que me dijo el médico y lo que yo investigue por mi cuenta, hay mucha coincidencia. Evidentemente que algunos dirán que eso es algo muy traído de los pelos, pero si se pone a ver uno, verá... y verá que es cierto.

Un presidente que esté ocho años sentado el sillón presidencial, soportando la presión de que se van a descubrir sus bandideces, sus chanchullos, sus trasfugadas, sus delitos (electorales, cohecho, compra de conciencias, etc, etc.), además de tener que torear las trasfugadas de sus chiquillos y esposa, pues, hombre, yo creo que cualquiera termina ”acabado”, o como dice el médico, ”acaba quemado”.

Y al parecer el presidente USAmérica, Obama, sabe de eso porque le dijo a Uribhitler que ”8 años son suficientes”. Además, como uno sabe la dependencia que tiene la narco-para-oligarquía colombiana de los gringos, es seguro que Uribhitler no va porque no va, o sea, porque el ”gringo no quiere”.

Pero no nos salgamos del tema. Entonces Uribhitler está ”quemado”, con síndrome de fatiga de poder. Es un síndrome que se cree es inducido por virus, como el virus del Herpes. Algunos dicen que es por sobrecarga de trabajo y de tensiones emocionales. Que empieza manifestándose con problemas en cualquier parte del cuerpo. Un dolor por aquí, un ”como un cansancio” por allá, una ”laberintitis” por acullá. Y para eso no sirven ni los abrazos sanadores de Santiaguito, el médico, ni las esencias florales de la Doctorcita, ni los cristales depuradores.

Y qué sirve? Que se aleje de lo que le produce la fatiga. El poder. Alejarse del poder? Si eso es lo que lo tiene vivo todavía, es decir, todavía libre, que no es lo mismo. Por eso a los que sufren de fatiga de poder, se les diagnostica también ”adicción al poder”. Esa ”droga” es más potente que todas los drogas descubiertas hasta ahora, y las que están por descubrir. Ellos saben que es tremendamente adictiva, pero sin ella no podrían vivir, ni los poliedros de Jorge.

Es como el que se mata por amor. No se sabe nunca por qué lo hacen. Qué droga o neurotransmisor produce en esos momentos el cerebro y todo su cuerpo, que la persona termina pegándose un tiro, o tirándose de un edificio, ”por amor”? Eso son los misterios que todavía la medicina no alcanza a descubrir.

Pero, total, ya el doctor le ha hecho el dianóstico -como diría un antioqueño de pura cepa-, ahora lo que toca es que le administren el medicamento. Apártenlo del poder, por favor. Háganle ese favor a sí mismo, a Uribhitler. Y, de paso, háganle ese favor a Colombia. Y háganle ese favor a Cano, que le tiene unas ganas...

La verdad es que Uribhitler debe estar mamado de estar en la Casa de Nari, al igual que el pueblo colombiano está mamado de él. Que se vaya para el ”Ubérrimo”, con sus caballos y sus vacas, que parece es el único lugar en donde podrá recuperar la tranquilidad y su espíritu se sosegará, hasta que lo llamen a juicio... Ahí sí no habrá tratamiento que valga porque ”el que la debe, la tiene que pagar”.