Colombia: La putrefacción total del estado

Hemos denunciado desde hace muchísimos años que Colombia está metida en la espiral de la corrupción. Una espiral en sentido inverso, como son todas las espirales de fenómenos negativos. Hacia el fondo.

Allende La Paz, NotiColombia Press

No es solamente la corrupción de unos cuántos. Es la corrupción de casi todos los funcionarios estatales. Desde el narco-para-presidente de los narco-paramilitares, Uribhitler, hasta el más humilde de los funcionarios estatales, todos están criados en la más aberrante corrupción.



Corrupto es un presidente que sale electo porque los narco-paramilitares obligan a los pobres ciudadanos indefensos, desarmados, inermes, a que voten por el candidato de su preferencia, naturalmente ”Uribhitler”. Pero es igualmente corrupto el empresario que le entrega dineros para su campaña electoral. De la misma manera es corrupto el funcional municipal que en la espiral negativa de la corrupción le entrega la ”coima”, o ”comisión”, al jefe politiquero que lo hace nombrar. Y éste a su vez a otro, y ese otro a otro, hasta llegar a la ”cúspide de la corrupción”: Uribhitler.

Esa cadena de la corrupción se retroalimenta a sí misma y pareciera no tener nunca fin. Corruptos los jueces. Corruptos los parlamentarios (eso además tiene una inmensa desfachatez!). Corruptos los empresarios que dan el ”porcentaje” para que su empresa salga elegida en tal o cual contrato. Corruptos los policías. Corruptos los militares. Corrupto el Procurador. Corrupto el Contralor (en todos los niveles). Corrupto el Registrador, que falsifica las actas electorales y hace ganador a sus ”amigos”. Corrupta la Iglesia que bendice los crímenes estatales.

En fin, no hay prácticamente ningún funcionario que cumpla sus funciones honestamente. Es la putrefacción total del estado. Y ahí, en medio, atornillado al sillón presidencial, está Uribhitler, el rey de la corrupción. Es un rey Midal al revés. Todo lo que toca lo corrompe. Hasta la sal. Por ello casi todas las instituciones están corrompidas.

Pero ese rey es un ídolo con piés de barro. Mejor dicho, con un pasado-presente narco-paramilitar. Que es lo mismo que decir mafioso. Cuanta vergüenza se siente cuando vemos que a nivel internacional dicen que ”Colombia es una narco-democracia”, o que ”Colombia es un estado mafioso”. Qué poder decir si es verdad. De qué forma puedo defender a mi país...

No es con las pestilentes columnas de los JoséObdulios, o los Yamhures, o de los defensores de oficio del régimen: periodistas, empresarios, politiqueros. Esos representan menos del 20% de los colombianos aptos para votar, mas sin embargo dejamos que ellos nos impongan sus ”ideas”. Claro, que una mente criminal siempre acompaña la amenaza con el sicariato, con los narco-paramilitares, inclusivo echándote encima la asesina jauría de los militares y policías.

Los colombianos tenemos que ponernos firmes. Somos más del 75%, 3 de cada 4, los que somos colombianos de bien. Los que sufrimos las políticas adelantadas desde un es
tado putrefacto. Debemos convertirnos en, como dice un investigador amigo, ”mariposas” porque ”el vuelo de una mariposa en el Amazonas puede desencadenar un tornado en Texas”. Aunémos nuestras voluntades. Escuchemos nuestras conciencias. Movámanos a la lucha, a la movilización, a la manifestación.

Sigamos adelante hasta extirpar esa enorme pestilencia y construyamos la Nueva Colombia.

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