Masacres en Colombia, verdad y mentira

Dice la prensa medíatica y terrorista al servicio del régimen narco-paramilitar de Uribhitler que ”La Fiscalía tiene en su poder documentos y testimonios de desmovilizados integrantes del paramilitarismo, para demostrar que el Bloque Norte de las autodefensas cometió 497 masacres entre el 2000 y el 2006 en Magdalena, Cesar, Atlántico y La Guajira”. Miremos a ver qué tan cierto es...

Allende La Paz, NotiColombia Press

Esta es una de las formas que se utilizan para esconder la verdad. Dar cifras locales de un fenómeno nacional y así queda la sensación de que el problema es apenas en esa sección del país y culpa de unos bárbaros asesinos. Mas si nosotros vamos y miramos la realidad vemos que en realidad las masacres se han cometido -y se cometen- en todo el país y que la cifra de masacres es realmente escalofriante. Mirémoslas.


Como vemos, las masacres es una práctica constante y consuetudinaria por parte de las fuerzas militares-narcoparamilitares del estado. El número de víctimas es indeterminado pero bástenos saber por ejemplo, que durante la administración de Andrés Pastrana (1998-2002), las masacres reportaron casi 10 mil víctimas, y que nada más en los años 2003 y 2004 -Uribe Vélez- fueron asesinados 1.900 colombianos en masacres.

Tenemos entonces que en Colombia se han realizado más de 3.724 masacres desde la administración Barco Vargas hasta Uribe Vélez (2002-2006). Aparentemente durante la 2a administración Uribe Vélez se ha producido una disminución de ésta modalidad de violación de derechos humanos, pero debemos tener en cuenta que si bien en administraciones anteriores los defensores de derechos humanos eran un blanco de las fuerzas militares-narcoparamilitares, es en la administración Uribe Vélez cuando se da el choque frontal por parte del Ejecutivo hacia las ONGs de derechos humanos, señalándolos, macartizándolos, y convirtiéndolos en blanco militar, lo cual ha traído como consecuencia que no haya un consolidado de violaciones de derechos humanos durante las dos administraciones de Uribe Vélez.

Es de señalar que todas las violaciones de derechos humanos que se practican por parte de las fuerzas militares-narcoparamilitares del estado obedecen a orientaciones institucionales y no a casos individuales, como lo ha podido comprobar la ONU en relación con las ejecuciones extrajudiciales (falsos positivos).

Igualmente es fundamental resaltar el cambio de modus operandi en lo relativo a las masacres. Se da la orientación institucional de no realizar más masacres y entonces las fuerzas militares-narcoparamilitares del estado comienzan con la ejecución extrajudicial. Por esta razón en Colombia los defensores de derechos humanos dicen que se practican todas las violaciones pero se privilegia una u otra.

También es necesario enfatizar que a pesar de lo que dicen los funcionarios estatales o de las orientaciones institucionales es durante el Plan Colombia (2000-2009) cuando se presentan las más aberrantes y numerosas violaciones de derechos humanos de los colombianos pobres. No hay proceso de paz con narco-paramilitares que valga. La vida de los colombianos vale menos que un tiro de fusil, por lo cual la defensa de la vida se ha convertido en la primera bandera de lucha de las organizaciones populares que se movilizan bajo la consigna: ”Por la vida, hasta la vida misma”.

Esta es la crisis humanitaria que en el día a día soportan los colombianos. Hasta cuándo?

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