Son tiempos de Paz...

Allende La Paz

Son tiempos de paz por los que discurre la humanidad. A la locura de los guerreristas se impone la cordura de los pacifistas activos. A la locura de la guerra se impone la paz.

Por ello, en Colombia en buena hora, y contra y a pesar del empecinamiento del régimen narco-paramilitar de Uribhitler y su 'camorra', los colombianos ha ido marchando para alcanzar el grado de concientización de la necesidad imperiosa de la paz. No importa que en los primeros pasos los hayamos dado confundidos, como el que comienza a andar. Lo importante es ir adquiriendo la claridad meridiana de nuestros pasos.

Así hoy la sociedad colombiana, de la mano de COLOMBIANAS Y COLOMBIANOS POR LA PAZ, ha entrado un camino que no tiene reversa. O como dijo la negra Piedad Córdoba: "La Paz vino para quedarse". Porque son muchos los años de una guerra fratricida. Son muchos los muertos asesinados por el querer de la oligarquía y el imperio estadounidense. 147.000 dice Sergio Caramagna que son. Tantas muertes, tanto sufrimiento, tanto dolor acumulado.

Son hijos del pueblo los que mueren. En 'falsos positivos' o ejecuciones extrajudiciales, en masacres, en desapariciones. Son más de 4 millones de desplazados internos. Pero por ser hijos del pueblo nadie se conduele de ellos. Mejor dicho, los que detentan el 'poder', la narco-para-oligarquía actual le importa un pito las violaciones de derechos humanos que cometen sus fuerzas militares-narcoparamilitares. Para ellos los muertos son 'desechables'.

Pero no. Nuestro pueblo tiene memoria. Ya ha comenzado a andar y quiere y va a luchar por la Paz. Una paz que ataque de raíz las causas del conflicto armado, pero también los de la injusticia social. En estos momentos, para bien, hay en Colombia una guerrilla insurgente que ha puesto en el centro de la discusión la injusticia social y que ellas no quieren nada para ellas sino atacar de raíz las causas que originaron no sólo las guerrillas en Colombia, sino la espantosa y calamitosa situación que vive el pueblo, el cual vive en la miseria, careciendo de hasta de lo indispensable. De trabajo, de servicios públicos, de educación, de salud, de recreación.

Por esta razón, propongo desde mi humildad que los COLOMBIANOS Y COLOMBIANAS POR LA PAZ llamen a una Marcha Nacional por la Paz. Con participación de todos los colombianos. Que los empleados públicos tengan las horas libres desde el medio día para asistir a las marchas, como los ha tenido en otras marchas. Que las iglesias repiquen sus campanas al vuelo. Que los maltrechos cuerpos de bomberos suenen sus alarmas. Que los partidos políticos movilicen sus bases. Que el POLO se mueva rápido, rapidísimo. Que los sindicatos lleven a sus sindicatos. En fin, todos los colombianos a movilizarse.

Y serán no uno, o 4 millones de colombianos, sino los más de 44 millones de colombianos manifestándose por la Paz. Y nadie, nadie, podrá decir que no ha hecho lo necesario por alcanzar la Paz.

Entonces sí, los colombianos impondremos a los poquitícos guerreristas que se han empotrado en la Casa de Nariño y en los batallones la Paz. La Paz. La Paz. Porque todos los colombianos a una gritaremos: "Paz. Paz. Paz. Queremos Paz!"

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