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7/20/2008
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Las marchas y conciertos del odio Sunday, 20 de July de 2008
Nada más dañino al querer de las amplias mayorías nacionales que olvidar que la paz en Colombia se construye fraguando bases sólidas. El odio destruye, el amor construye.
ANNCOL
La mediatización del pensar de algunos colombianos los hace presa fácil de los titiriteros de la Casa de Narquiño. Y creen que porque movilizan a la gente 'bien', a los ricos, a los narcoparamilitares, que representan nada más que menos de uno de cada cuatro colombianos, y los tiran a la calle a presenciar un espectáculo que da grima, creen, repito, que ya ganaron la guerra y las FARC están derrotadas, y creen también que la oposición legal, los sindicalistas, los luchadores populares, están que 'pagan escondedero a peso. No saben que estas no son más que expresiones de odio.
Nada más dañino al querer de las amplias mayorías nacionales que olvidar que la paz en Colombia se construye fraguando bases sólidas, en procesos de diálogos con la insurgencia armada que aborden las causas que dieron origen al nacimiento de las guerrillas en Colombia, causas que son responsabilidad del estado, y que emprenda su solución y superación. No es con espectáculos organizados por la falsimedia terrorista mediática -que cree falsamente que arrinconan al pueblo-, porque el espectáculo tiene vida efímera y la real realidad vuelve y nos azota los rostros para vergûenza de los que se han dejado usar por los falsarios.
Una de las causas -el Terrorismo de Estado- ha producido más de 100.000 colombianos asesinados por las fuerzas militares-narcoparamilitares del estado. Mediante las modalidades delictivas de las desapariciones, las masacres, los asesinatos extrajudiciales, y mediante el desplazamiento de más de 4 millones de colombianos para robarles sus tierras.
Pero hay las causas que asesinan silenciosamente. Son los niños que mueren por desnutrición, por hambre, por falta de atención médica en los 'paseos de la muerte', por falta de agua potable, por falta de empleo para sus padres, por falta de una vivienda digna.
Sin embargo, ninguno de los participantes de las 'marchas y conciertos del odio' quiere que alguien le dañe sus oídos burguesitos asépticos con éstas verdades. Mucho menos quiere oirlas un régimen narco-paramilitar y fascista, que además de ilegal e ilegítmo, como ya está recotracomprobado, es criminal.
El espectáculo terminará antes de 4 de la tarde y seguiremos los colombianos de verdad denunciando las terribles verdades que pretende esconder un régimen asesino como el de Álvaro Uribe Vélez.
Recordaremos el genocidio de la Unión Patriótica, recordaremos los 30.000 desaparecidos, los 28.000 asesinatos selectivos, las 2.800 masacres. Recordaremos los incontables muertos producidos por la violencia desde las estructuras, los asesinatos silenciosos. Pero no solamente recordaremos a nuestros muertos y honraremos su memoria. Recordaremos los prisioneros en las mazmorras del régimen. Recordaremos los presos políticos -incluídos los guerrilleros- y recordaremos especialmente a Simón Trinidad, Sonia e Iván.
Nuestros corazones harán hoy día de recogimiento. Pero nuestras mentes y nuestros corazones también hoy harán la promesa sublime, como la hemos venido haciendo desde hace más de 60 años, de luchar por una Nueva Colombia, en paz con justicia social, democracia, libertad, independencia y soberanía nacional.
Contrario a las expresiones y exabruptos que hoy harán los participantes de las marchas y conciertos del odio, nostros haremos la marcha luctosa de nuestros corazones que aman, que viven, que luchan. El futuro de Colombia no puede ser la guerra civil a la que nos quiere arrastrar la oligarquía y el imperio.
El odio destruye a quien lo siente y lo vive. El amor construye.
ALP
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