Unknown
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4/07/2008
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Imperiosa necesidad de un Nuevo Gobierno y una Nueva ColombiaLas condiciones han madurado lo suficiente en Colombia para acometer un Nuevo Gobierno de Reconstrucción y Reconciliación Nacional. A pesar que le den manitos desde el exterior.
La oligarquía tradicional-mafiosa que gobierna el país no puede esconder que la barca está naufragando.
El ejecutivo es narco-paramilitar. Comenzando por el narco-paramilitar presidente Álvaro Uribe Vélez. Siguiendo por el vicepresidente, Francisco Santos, quien quería ‘comandar’ el Bloque Capital de los narco-paramilitares. Siguiendo por el ministro ‘La Hiena’ Santos. Continuando con el mininterior Holguín Sardi, vinculado a la Casa Estrella de los nacotraficantes Grajales (su hijo fue expulsado de Ecuador en donde dejó una estela de incompetencia como embajador).
Y no podíamos dejar afuera al ‘roba-tierras’, mingarcultura Arias, y al Dr. Ternura, seducido por la mafia como el psiquiatra de la película Analízame.
Y claro, no podía faltar el de estirpe mafiosa, el de rancia estirpe narcotraficante. José-Obdulio Gaviria. El primo de Pablo Escobar Gaviria –primo también de César Gaviria Trujillo-, quien tuvo dos hermanos pagando cárcel en USAmérica. ¿Por qué? Por qué más va a ser… por narcotraficantes!
El Legislativo está narco-paramilitarizado. 67 miembros del parlamente llamados a rendir indagatoria por la Corte y la Fiscalía (ésta quizá con la oculta intención de excularlos, como ya le están ordenando desde Palacio que lo haga con el primo Mario Uribe). 23 de esos parlamentarios presos como vulgares delincuentes.
Esta semana llamaron capturaron a 3. Uno de ellos el senador Miguel Pinedo Vidal, comprometido desde siempre con el narco-paramilitarismo y protector de Hernán Giraldo. Hay que recordar que en épocas del general Maza Márquez como director del DAS, este ordenó la captura de Giraldo, lo trasladaron hasta los calabozos del DAS en Bogotá, y de allí le fue arrancado de sus manos por Pinedo Vidal y Edgardo Vives, quienes llegaron con una orden de ‘Palacio’, y lo llevaron a Santa Marta.
El Judicial ahí tambaleante por los escándalos de magistrados en connivencia con narcotraficantes. Quizá la Corte saca la cara.
El poder Militar también está profundamente corroído por el narcotráfico y el narco-paramilitarismo. Guaitairilla y Jamundí son apenas dos casos. Además de los ‘falsos positivos’ de campesinos asesinados y hechos pasar como ‘guerrilleros dados de baja en combate’. Y de las torturas a soldados y policías que son pan de cada día, torturas que han llevado a más uno al suicidio.
Ante semejante desgreño del Estado se hace imprescindible un Nuevo Gobierno y una Nueva Colombia. No valen ‘paños de agua tibia’ ni ‘buscar la fiebre en las sábanas’. De nada vale revocar un Congreso si no se revocan también las otras ramas del poder oligñárquico. El pueblo colombiano tendrá –y lo hará- que entender que la causa de todos sus males están en el Estado. Un Estado manejado por una oligarquía parásita y narco-paramilitarizada. Y que es necesario construir su propio Estado.
Por ello, a la orden del día está no sólo la revocatoria del Congreso, sino comenzar a construir el poder popular en todo el país. Un poder popular que se dará un Nuevo Gobierno, pluralista, democrático, que enrumbe hacia la Nueva Colombia, en Paz con justicia social, libertad, independencia y soberanía nacional.
ALP
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