Así paga el ‘Diablo’ a quien bien le sirve, o jugada maestra del desespero






martes, 13 de mayo de 2008

El régimen narco-paramilitar de Álvaro Uribe Vélez inició la extradición de los capos narco-paramilitares, según reportes de radio y prensa provenientes de Colombia.

Por ANNCOL/Prensa

ImageEl diario El Espectador informó que “entre los hombres que serán traslados a ese país están alias Jorge 40, alias Salvatore Mancuso, alias 'Gordolindo', alias 'Don Berna', alias 'Cuco Vanoy' y alias Hernán Giraldo. En total, serían quince los desmovilizados trasladados”.

El diario El Timpo por su parte informa que “Entre los trasladados están: Desde la cárcel de máxima seguridad de Itaguí: Salvatore Mancuso, Guillermo Pérez Alzate, alias Pablo Sevillano; Martín Peñaranda, Cuco Vanoy, El Mello; desde el patio de Justicia y Paz de Barranquilla: Jorge 40, Eduardo Enrique Goynechea, Hernan Giraldo y su sobrino Nódier Giraldo; y desde La Picota: Don Berna y Gordolindo.

…Se trata de los máximos líderes de las Autodefensas Unidas de Colombia que negociaron un tratado de paz con el Gobierno de Álvaro Uribe, bajo el compromiso de no delinquir más y desmovilizar a sus tropas”.

El capo narco-paramilitar Salvatore Mancuso dio declaraciones en el cual se reafirmaba en lo ya dicho hace un tiempo en el sentido que todas las empresas multinacionales del banano en Colombia “pagaron gustosamente” dineros a los narco-paramilitares. Esta denuncia tenía muy incómodo al Sr. Brownfield y al gobierno estadounidense.

Desde hace unos meses los capos del narco-paramilitarismo decían que preferían negociar con el gobierno de Estados Unidos y no con el de Colombia. Tal movida se podría tomar en el sentido de que el también narco-paramilitar presidente Álvaro Uribe Vélez ‘premiaba’ así la fidelidad de sus socios, o los ‘castigaba’ por su insolencia, máxime cuando el régimen de Uribe Vélez está supremamente desesperado y tenía que realizar una acción que ‘sepultara’ las denuncias de sus fraudes para las elecciones del 2002 y del 2006.

Igualmente el régimen no ha podido parar las crecientes denuncias de los familiares de las víctimas del Terrorismo de Estado, quienes además con su movilización en las calles han producido una acción de masas que amenaza en convertirse en el atolladero final del narco-paramilitar presidente Uribe Vélez. Una verdadera piedra en el zapato se convirtió la reparación de las víctimas en la llamada ley de Justicia y Paz.

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