Se cae el régimen narco-paramilitar







sábado, 03 de mayo de 2008

El régimen narco-paramilitar está que se cae. Cuando las ratas saltan del barco es porque este está naufragando. Una Constituyente popular es la solución.

Por ANNCOL

ImagePor mucho que traten los áulicos del régimen narco-paramilitar, este se cae a pedazos. Es tal la tronera que ya algunas ratas han saltado del buque estatal que está naufragando. Y cuando las ratas saltan del barco es porque está naufragando, téngalo por seguro. Si no, ellas están tranquilas solazándose en el barco. Y es que los problemas que el régimen y Álvaro Uribe Vélez tienen con la justicia son de marca mayor.

Nunca un gobierno ha tenido tantos problemas con la justicia. ¿Puede alguien imaginar que el presidente tenga que estar yendo de juzgados a comisión de acusación de la Cámara de Representantes para rendir indagatoria? ¿Puede alguien imaginar que los funcionarios del estado diariamente estén diciendo tonteces como que ‘el presidente tiene una golpe temporal por lo de silla vacía’, además de otras especies para desvirtuar las denuncias ya no de la oposición sino de personajes del establecimiento? Y por ello el mismo Uribhitler está tratando de ‘pechar’ a Yidis porque sabe que el cohecho es un delito de dos, Yidis y Álvaro Uribe Vélez.

Sabido desde siempre que los presidentes en Colombia ‘gobiernan’ comprando conciencias. Casos hay muchísimos. El más frecuente era el nombramiento en el servicio diplomático de familiares de quien necesitaban comprar. O los ‘auxilios parlamentarios’. O pago en dineros como los 450 millones a Petro y Navarro. O ahora se sabe los 200 millones a Teodolindo para que votara la reforma del ‘articulito’. Que demuestra que el régimen narco-paramilitar ha despilfarrado el dinero de los colombianos para ellos ‘atornillarse’ en el poder. Habrá que investigar esa ‘vena abierta’ que desde siempre ha desangrado a los colombianos.

Y en ese maremágnum salen propuestas de todo tipo. Algunos pretenden ‘pescar en río revuelto’. Caso Samper y Antanas. Otros proponen ‘soluciones’ para continuar atornillándose en el poder. Otros que sí y que no. Incluso pretenden que el PDA les haga ‘propuestas’ para ‘resolver la crisis’, como si el PDA estuviera para apuntalar al régimen narco-paramilitar, para convertirse en su ‘salvador’, y no para convertirse en ‘opción de poder’. Así las cosas, no entienden que una Asamblea Constituyente no es un ‘pañito de agua tibia’ sino la solución radical a la corrupción de la ‘clase política’ que representa a la oligarquía. Una oligarquía que no ha duda en asesinar, en practicar el Terrorismo de Estado a través de sus fuerzas militares-narcoparamilitares, en pisotear su propia Constitución.

Pero la Constituyente no puede ser oligárquica como la del 91. No. Que se olviden los que añoran con la Constituyente recomponer el decrépito edificio estatal y perpetuarse en el poder. La Constituyente por la que abogamos tiene que ser una Constituyente popular, que extermine de la vida nacional la violencia como forma de ejercer el poder, y a través de ella construir una Nueva Institucionalidad.

La Nueva Institucionalidad con un Nuevo Gobierno de Reconstrucción y Reconciliación Nacional con quien el pueblo colombiano caminará hacia la Nueva Colombia, en paz con justicia social, pluralismo, libertad, independencia y soberanía nacional.

ALP

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