Del Caguán a Pradera y Florida


sábado, 24 de mayo de 2008

El temor que la oligarquía mafiosa y narco-paramilitar tiene al despeje no es más que la manifestación de la imposición imperial de los Estados Unidos. Es así de sencillo.

Por ANNCOL

Cuando los diálogos en el Caguán la zona se mantuvo hasta que el gobierno de USAmérica lo permitió. Cuando no lo permitió, le dio la orden al gobierno de Andrés Pastrana para romper los diálogos. Y Pastrana los rompió. No fueron las FARC. Años más tarde el propio Pastrana reconocería que las FARC no tuvo nada que ver con la ruptura de las conversaciones.

Es más, las FARC había adelantado en el Caguán el más grande laboratorio de paz y concordia nacional. Tan es así que sus Áreas Temáticas contemplaba los más variados temas. Y además las FARC estaba presta a iniciar la discusión y el diálogo –que no son la misma cosa- del primer punto: el empleo. Porque las FARC partía de la base de la necesidad de resolver los problemas más ingentes de los colombianos.

Pero la obcecación del narco-paramilitar presidente Uribhitler en no despejar los municipios de Pradera y Florida es de otro tenor. Urubhitler no quiere el Intercambio Humanitario. Y para torpedearlo recurre a las más tontas excusas. Que las FARC necesita el despeje para ‘reconquistar el sur’, es una de esas descomunales tonterías.

Como vemos en el mapa entre Pradera y Florida (punto de amarillo, a la izquierda) y el Caguán (punto en rojo), hay muchos kilómetros y tendrían entre ellos las cordilleras oriental y la central y occidental que todavía están juntas, o si se toma desde el macizo colombiano sería una travesía de muchos días, diría yo meses.

Así que la ‘temida’ reconquista del sur por parte de las FARC no deja de ser otra perogrullada del régimen narco-paramilitar. Que pretende esconder que bajo su mandato el tráfico de la cocaína y la heroína ha continuado igual, o más, que los gobiernos anteriores, y que las hectáreas sembradas de coca o amapola siguen igual a pesar de los miles de miles de galones de glifosato gastados en una inútil ‘guerra contra las drogas’ porque los narco-traficantes son precisamente los protegidos por el inquilino de la Casa de Nariño, que algunos periodistas llaman ‘la Casa de Narquiño’.

De otra parte, no es precisamente un lapso de tiempo largo el solicitado por las FARC para hablar y acordar el Intercambio Humanitario (45 días!). Por el contrario, es sabido que ningún plan militar se puede desarrollar en tan corto tiempo, menos asegurar su ‘consolidación’. No hay excusas del ‘orgullo militar’ herido ni cosas por el estilo, porque si así fuera los militares deberían es estar preocupados por el pisoteo de la soberanía nacional de los ‘asesores’ militares que se pasean impunes por toda la geografía nacional.

Ahora bien, el Cañón de las Hermosas es un cañón en el cual nacieron las FARC y en donde la guerrilla hace una presencia militar, como en el Caguán, como en toda la geografía nacional, y en el día a día se demuestra e incluso es reconocido por el narco-paramilitar presidente cuando reconoció que en los últimos meses las FARC le ha propinado 192 bajas a las fuerzas militares-narcoparamilitares.

Queda entonces que el ‘conejo’ comunitario en Pradera y Florida es otro golpe mediático del régimen narco-paramilitar, que otra vez se desgañitará gritándole a Alfonso Cano que baje, como le gritaba hace unos días a un comandante guerrillero en Antioquia: “Bajá, Quico, bajá”, mientras él estaba protegido por más de 1.000 hombres.

Oh, qué valientes son los miembros del régimen narco-paramilitar! Y que anodinas excusas sacan a relucir cuando de negar el Intercambio Humanitario, el cual Uribhitler no quiere definitivamente. Tocará esperar dos años, si nuestro pueblo con su accionar no dice otra cosa.

ALP

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